LA IRA
se apoderó de nosotras el pasado 10 de abril de 2015, cuando el periódico
"Retenida Mujer por Inducir Aborto en su propia Vivienda".
publicó en su portal
web la mal llamada noticia:
Allí se relata de manera
irresponsable el suceso del aborto que una mujer decidió realizarse.
La redacción de la mencionada noticia nos interpeló y nos molestó por el tono incriminatorio que se le dio al hecho, pasando por alto la salud de la mujer, la cual debe ser abordada de manera integral. El reportaje sataniza y estigmatiza el hecho de que la mujer decida sobre su propio cuerpo, que ejerza la autonomía y decisión propia. Por eso, culpamos a los medios de comunicación tradicionales y hegemónicos, de promover la violencia hacia las mujeres, en cuanto anulan nuestra voz a través de su monopolio mediático.
En Colombia el aborto está despenalizado en tres causales, las cuales no abarcan mínimamente la magnitud de la problemática. Muchas mujeres, a pesar de encontrarse en una de las tres causales, encuentran diversidad de trabas y obstáculos impuestos por las mismas medicxs, enfermerxs y prestadores de servicios de salud, al momento de acceder al derecho a la salud. Además, todos lxs especialistas de la salud son protegidxs por la ley para rehusarse a realizar dicho procedimiento.
Aún más indignante, las mujeres víctimas de violación son sometidas al escrutinio de lxs funcionarios de justicia al recurrir a las instituciones correspondientes para denunciar lo sucedido. En lugar de recibir una acompañamiento u orientación, las mujeres deben enfrentarse a comentarios machistas del tipo: “pero, usted lo provocó” o “¿y usted siempre se viste así?”, o “¿por qué estaba sola a esas horas y en ese lugar”?.
¿Y qué ocurre con las miles de mujeres que son violadas por sus parejas, u obligadas a no usar protección?
Y eso que no hemos mencionado las altas cifras de violencia intrafamiliar, más de 60.000 mujeres maltratadas en sus hogares, más de 700 mujeres asesinadas al año. Tal será el nivel de juzgamiento moral y de descaro de quienes relatan esta noticia, que todas estas muertes no les parecen reprochables, no les alarma ni les preocupa, por lo cual no lo vuelven noticia. ¿Cuál es la imparcialidad, cuál es la objetividad de las noticias? Estamos cansadas de que los medios sigan siendo el escondite perfecto de la realidad del país. Estamos cansadas de que muchas de nuestras compañeras, amigas, hermanas, madres, novias, tengan que soportar la violencia de Estado en el silencio mediático. Basta de este tipo de dominación, de silenciamiento adormecedor.
En esta sociedad la mujer no es dueña de su cuerpo es expropiada de él; éste le ha sido dado para dar placer y satisfacer a los hombres, o para reproducirse. En las narrativas cotidianas somos concebidas únicamente como máquinas de parir y cuerpos de sumisión al sistema. Queremos decirles que los cuerpos de las mujeres no pertenecen al estado, ni a la iglesia, ni al matrimonio, ni a las demás instituciones que históricamente han administrado los varones-hombres, nos pertenencen a nosotras mismas.

Creemos que alrededor de toda la problemática existente sobre el aborto en Colombia permanece una enorme desinformación al respecto, por lo cual rechazamos enfáticamente que los medios de comunicación continúen re-victimizando a las mujeres, en cuanto se nos juzga y se vulnera nuestro derecho a la integridad personal. En ese sentido, no entendemos por qué el diario hace énfasis en que la mujer fue retenida, cuando muy por el contrario se trata de una mujer que ha tomado una decisión soberana sobre su cuerpo. En la intimidad de su casa interrumpe -por su propia mano- un embarazo que no quiere tener y el periódico afirma que ha sido retenida, ¿RETENIDA? ¿Quién la retiene? ¿Al contrario, por qué no es atendida, apoyada, socorrida por las autoridades médicas que claman cuidar de todas las personas como el gran padre que todo lo sabe?

Esa es la pregunta que nos hacemos desde la ira, desde el dolor, desde la indignación que nos produce el discurso persecutor y tendencioso del periódico el Espectador, otro medio que como gran patriarca, clama decir siempre la verdad imparcial, pero que a su vez encubre su poder vigilante del cumplimento de las reglas sociales y las normas de género que asignan roles inamovibles para hombres y mujeres, siendo el único rol social de las mujeres el parir. Pero ese patriarca miente cuando nos acusa de homicidio, cuando pretende encausar la verdad para sus beneficios, persiguiendo a las mujeres. Somos las parias clásicas de un sistema capitalista y heteronormativo, que define a las mujeres como mano de obra barata, que ve un almacén de provisiones industriales en la tierra, que ve máquinas chillantes en los animales que asesina para el consumo. El sistema médico niega la atención de un aborto; persigue a las mujeres que acompañan a otras mujeres; a lxs medicxs conscientes que no objetan conciencia; y obstaculiza a las mujeres que requieren de un procedimiento médico legal y lo convierten en ilegal, en ilegítimo y además desde púlpitos que cada vez más se mueven de las iglesias a las oficinas públicas de un Estado que, desde 1991 se declara laico.

No legalizar el aborto tiene implicaciones socio-económicas que rebasan la supuesta buena fé del Estado colombiano. La mayoría de las mujeres que tienen embarazos a temprana edad deben abandonar la educación, tanto universitaria como de los colegios. Las cifras son realmente alarmantes[1]. La mayoría tienen que afrontar situaciones como el exilio de su hogar, la precariedad laboral y la pobreza o dependencia económica.

Todo esto sumado a que en Colombia, el trabajo de las mujeres es infravalorado y precario en la garantía de los derechos laborales. Además debemos tener en cuenta que un alto porcentaje de las mujeres asumen una segunda (o hasta a tercera) jornada laboral, pues son ellas quienes tienen que enfrentarse generalmente a actividades de atención del hogar con poca ayuda de sus compañeros, “si es que la hay”. Tampoco hay garantías legales para cuando una mujer es rechazada en un empleo. No es un secreto que las mujeres son menos contratadas que los hombres. ¿Dónde hay leyes que obliguen a las empresas a contratar hombres y mujeres en igualdad de las plazas?[2]
POR UN ABORTO SEGURO
En general, las mujeres –que se enfrentan o no a embarazos tempranos-, deben vivir dentro de un sistema que además de anularlas en toda su propuesta institucional, las victimiza y penaliza. Es realmente ridículo pensar en la “imparcialidad de un medio de comunicación” que no propone un debate ante dicha situación, sino que toma posición y además condena.

Las cifras demuestran que el aborto no es una simple decisión tomada a la ligera o porque las mujeres seamos unas malvadas asesinas; es que el sistema nos viola, nos agrede y nos mata con su silencio señalador, con el orgullo machista del Estado, con su desatención negligente, cómplice y que poco garantiza el derechos de las mujeres.

El aborto en casa es seguro, requiere de información y acompañamiento. Esta clase de noticias buscan, entre otras cosas, satanizar la posibilidad del aborto en casa y desmedicalización de la decisiones de las mujeres sobres su propios cuerpos. Un seguimiento profundo a la noticia podría dar luces, por ejemplo, sobre el contexto en el cual ella se realizó el procedimiento.

A pesar de la despenalización y de que el misoprostol (fármaco utilizado para la realización del aborto) esté incluido en el POS, gestiones de la Procuraduría General de la Nación lograron que se restringiera el acceso, haciendo obligatoria la presentación de fórmula médica y promoviendo la satanización social del misoprostol, lo que hace muy difícil su acceso a pesar de que se venda en la mayoría de farmacias en sus presentaciones comerciales: Citotech y Cytil.

Nuestra vida vale, nuestro cuerpo es propio –no de la iglesia, no de la sociedad, no de los medios ni de la publicidad-. La ley debe proteger la vida de las mujeres; las instituciones y los medios deben contribuir con las garantías en salud para las mujeres que por diferentes motivos deseen interrumpir con un embarazo. Es un llamamiento por respetar la vida digna y la legítima decisión sobre nuestros propios cuerpos.

Desde la IRA nos manifestamos y decimos basta a la satanización de la autonomía y toma decisiones por parte de las mujeres. Ser mujer no significa ser madre, ni querer criar, ni amamantar, ni dejar de lado un proyecto de vida propio. Se trata de una de las tantas consignas que feministas y defensoras de los derechos de las mujeres, gritamos, posicionamos y reivindicamos.
por:
LAS IRACUNDAS
ORGANIZADAS
EL ESPECTADOR
Las Cifras
Casos de violencia intrafamiliar 2014: 68.230 casos
2013: 1163 casos de homicidios de mujeres ( nota: los nombran como feminicidios).
Las circunstancias de los homicidios son :
• 220 casos de violencia intrafamiliar
• 10 casos de violencia sexual

2013 las mujeres siguen estando en el primer lugar como víctimas de violencia sexual, con un número de casos 17.512.
Violencia de pareja

En 2013, 44.743 personas fueron víctimas de violencia de pareja. De ellas 39.020 fueron mujeres, la mayoría de los casos se presentan en el rango de edad entre los 25 a 29 años con 9.726 casos.

Entre los principales presuntos agresores se encontró que el compañero (a) permanente ocupó el primer lugar con 20.126 casos, seguido del ex compañero (a) con 9.223 registros y esposo (a) en tercer lugar con 8.710.
llamada así en el informe
Fuente:
Boletín de Prensa Forensi, 2013. Medicina Legal y Ciencias Forense
Fuente:
Boletín de Prensa Forensi, 2013. Medicina Legal y Ciencias Forense
En todo el país, en el 2013, cada 13 minutos una mujer fue víctima de violencia de pareja. En Bogotá, cada día 17 mujeres son víctimas de ese tipo de violencia, mientras en Antioquia se registraron cerca de 14 mujeres y en Cundinamarca, aproximadamente 12.

La Serie de Estudio a Profundidad de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) para la última década (2000-2010) dice que el 74,6 % de las mujeres han sido violentadas por su última pareja, y a pesar de esto, el 73 % no ha denunciado su caso.

En el caso de violencia sexual, cada hora dos mujeres fueron víctimas de violencia sexual, según cifras del INML.

Para el 2013, se muestra un aumento del 40 % de asesinatos a mujeres, por violencia intrafamiliar y por delito sexual, con respecto al 2011, según Medicina Legal.



Fuente:
Boletín de Prensa Forensi, 2013. Medicina Legal y Ciencias Forense